Vía Revista Weekend – Fotos Revista Weekend
Cortar la semana laboral con una salida de pesca es el mejor plan y así fue que surgió una embarcada en el mar para unos amigos tandilenses que decidieron tener un día de descanso en el año que recién acaba de comenzar. Muchos de ellos, sin equipos acordes para esta modalidad, la idea era encontrar un destino cerca de la ciudad serrana, con buen pique y servicios de un guía calificado.
Eligieron Santa Clara del Mar, localidad del partido de Mar Chiquita, distante 184 km de Tandil, es decir, a poco más de 2 horas de salir de las sierras, ya estaban a orillas del mar. Eligieron los servicios de Eduardo Cañueto, el Lobo de Mar, todo un faro en la pesca embarcada en la región.
La jornada de pesca no podía ser mejor, un día espectacular, mañana soñada con mar planchado y una temperatura agradable. La navegación fue corta, y en pocos minutos estaban con los anzuelos en el agua. Cañueto les brindó los equipos, carnadas y los asesoró a los pescadores en todo momento. Cuando se generó un enredo, la solución se encontró fácil por la baquía del guía. Sin dudas, cuando confluyen aficionados novatos con otros experimentados, esta sapiencia es muy importante.
La navegación corta se debe a que el fondo marino se caracteriza por no ser muy profundo, pero si de una riqueza impresionante. A falta de piedras, el suelo es arcilloso y endurecido por los cangrejales, lombrizales, muchos bivalvos, algas marinas y algunas lajas que, sin dudas, favorecen la cadena alimenticia.
Cuatro horas de pesca muy activa disfrutaron estos amigos, capturando una rica variada de mar. Abundantes corvinas rubias, pescadillas, brótolas, gatuzos, peces palos, bagres de mar, rayas y hasta pejerreyes con cucharas fueron lográndose. Era caer al agua, esperar unos segundos y sacar, todo lo que un pescador quiere y más, si recién arranca en la actividad.
Con el pescado ya limpio, en las primeras horas de la tarde ya estaban sobre la ruta 226 con rumbo a Tandil, con la mente despejada tras un breve impasse laboral con la caña en la mano.
