Reporte por Diego Fernández – Revista Weekend
Son exactamente 43 kilómetros de costa los que ofrece la diversa geografía marplatense para la pesca deportiva. Por eso día tras día pueden observarse a lo largo y a lo ancho un sinfín de cañas que buscan una buena captura para poder disfrutarla. Ese escenario cobra vida cuando levanta la temperatura y los fanáticos se preparan como espectadores de lujo para disfrutar de la gran vedette del verano: la corvina rubia.
La pesca ha ido evolucionando, el pescador también, y ante la información masiva de estos tiempos se realiza en la actualidad la búsqueda de especies puntuales. Pero históricamente Mar del Plata y ciudades vecinas como Santa Clara del Mar o Miramar estaban partidas en dos: en invierno, la pesca del pejerrey. Y en verano, las corvinas, aunque siempre entremezcladas con otras especies como la pescadilla, brótola, pez palo, congrio, raya y chucho.
Hace casi un mes las rubias aparecieron en la costa. Varios días de viento del cuadrante norte (y sus variantes), mar en buenas condiciones y temperatura primaveral fueron el marco perfecto. Sobre todo, en horas de la tardecita noche (el momento donde mejor rinde la pesca incluso en la actualidad) llegaron ejemplares de medianos a grandes que fueron celebrados por más de uno. Es que, a diferencia de otras temporadas, en este 2023 los resultados se cortaron en seco en los meses de más frío debido a que el agua de mar llegó a estar por debajo de los 10 grados centígrados.
En los últimos días se vio lo mejor. La corvina arrimó de forma masiva y se vieron capturas en todos los frentes. En el centro, escolleras como la Norte, Cabo Corrientes, Varese, Torreón del Monje (la más rendidora, lejos) y Punta Iglesia mostraron excelentes resultados, acompañados por Punta Piedras y Los Molinos, sectores donde se puede pescar desde la vereda. Las playas del sur no fueron la excepción, aunque con mayor porte y menor cantidad. Y hacia el norte, las “lomudas” cantaron presente en Cardiel, Constitución, Acevedo, Sun Rider, escolleras de Camet y barrancas del norte, por Ruta 11.
Santa Clara del Mar
Por todos lados. Justamente, en Santa Clara del Mar, en sus bloques de piedra, se vienen dando buenas batallas en horas de la noche y también de madrugada, muy temprano, con la salida del sol. En todos los casos, el pique está mucho más firme en cercanías y durante a la pleamar y siempre que el mar permita pescar. A veces, con algo de correntada, un plomo destrabe resulta vital para anclar el aparejo y no errar en la clavada. Igualmente, la corvina suele tener un arranque de caña franco y firme, pero a veces pica con afloje y obliga al pescador a estar atento.
La carnada por excelencia es el langostino, junto con la anchoíta y el camarón. Se están utilizando líneas clásicas tipo balancín de una brazolada, porque a veces se necesita hacer distancia. Y en ese contexto, la expectativa viene creciendo porque siempre está la chance del “bonus track”: el pez elefante está también muy presente en todo el frente, en una gran temporada, y más de un pescador ha tenido la suerte de llevarse un trofeo especial a casa. En definitiva, la pesca está de parabienes y hay que aprovechar. Todavía no estalló el verano en La Feliz, pero las primeras estrellas y vedettes ya están con nosotros.